Las masculinidades positivas son contraculturales

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Uno de los grandes problemas que afectan a la sociedad mexicana es la violencia contra las mujeres, cuya raíz se encuentra en la cultura machista bajo la cual hemos crecido todos los hombres. 

El machismo está compuesto por conductas, comportamientos, códigos o actitudes que tienden a someter, controlar y dominar a quien se tiene delante, sea cual sea su género. Esto ha puesto en riesgo la integridad de las mujeres: la cultura machista invisibiliza la violencia de la que ellas son víctimas porque la considera “normal”; una forma legítima de interacción. 

La contracultura busca romper con los valores, creencias, discursos y formas de interacción de una sociedad. Así, las masculinidades positivas son contraculturales en tanto cuestionan los códigos machistas que rigen a la gran mayoría.

El machismo es un tipo de masculinidad hegemónica, que sostiene la existencia de un solo tipo de hombre: el que controla, somete y violenta. A manera de contrapunto, las masculinidades positivas promueven la empatía, la diversidad y el diálogo.

La cultura machista se basa en el sexismo, la misoginia y la homofobia, lo cual afecta no solamente a las mujeres, sino a cualquier persona que no viva bajo el paradigma de esa masculinidad tóxica. Las masculinidades positivas celebran las diferencias y están comprometidas con la igualdad de género, porque reconocen a las mujeres como seres autónomos, racionales y capaces de tomar sus propias decisiones. 

Para erradicar la violencia contra las mujeres, es importante cuestionar el machismo y ejercer alguna masculinidad positiva. Resulta imprescindible entrar en contacto con nuestras emociones, que hemos reprimido para ser más “hombres”, y darnos cuenta de que no necesitamos la violencia para establecer relaciones.

Para nosotros no hay acto más subversivo, contracultural, que el de cuestionar nuestra propia masculinidad. 

Imagen de Daquella manera “Diversity”
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1 COMMENT

  1. Excelente aportación. Creo además que sirve también para que muchas mujeres reconozcan que la lucha no tiene que ver con darle prioridad a un género sobre otro ni con dividir, sino con cambiar nuestras relaciones con los demás y con una misma. Lo que implica reconocer también en nosotras la propia idea de masculinidad que fomentamos o aceptamos. Gracias por compartir.