No nos culpen… seguiremos rebelándonos

0
1157

Son los memes los fenómenos contraculturales más especiales de la actualidad. Son paradójicos, como la voluntad del Creador (de contenido). Son más rompedores que la filosofía disruptiva de Stirner y más unificadores que el mejor speech de Pisanlov. Son fácilmente comprendidos para aquéllos sin actualización de humor, y tan indomables para los grupos donde éstos se originan. Son únicos en su contexto y universales en su representación estética y psicológica. Y como otro género más de la representación social y mental del hombre, pueden ser politizados.  

Nadie niega su utilidad dentro del carácter reaccionario de las instituciones moralinas de ambos lados del espectro político. Pero es en el mundo subjetivista de Internet donde se representa la fidelidad inequívoca de lo que la naturaleza multimedia del contenido expone, más allá de las intenciones del que inventa o quien comparte la publicación (un hombre que postea no es necesariamente un partidario adoctrinado de lleno, ni tampoco todos los memes son golpes de inmadurez a la pared del vacío). 

Si el humor negro es una ofensa, es por representar fielmente su condición de rebeldía inquieta. Lo que llega a herir no es el chiste, es la realidad que el chiste refleja y que intenta suavizar, hacerla espontánea, al mismo tiempo que nos recuerda la amargura sostenida o superada. El truco aquí es cómo esto nos es correspondido, adaptando nuestra condición al mensaje, donde no existen jueces ni aspiración mayor que la de conectarnos con sus situaciones hilarantes. Esto es la rebeldía cotidiana ante un mundo cada vez más polarizado. Decía Camus: “Hay que servir a este apocalipsis y, a falta de Dios, construir al menos la Iglesia”. El humor negro es a lo que siempre le temió la moral religiosa: la ética del hombre como sobrexposición a un Dios. Y en la actualidad, cada hombre es Dios en sí mismo, construye sus propias iglesias iluminándolas con su propio fuego, que puede ser utilizado como arma, o para iluminar el horizonte.

Imagen del autor