Espacios víricos

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“Detener el tiempo” ya no da la sensación de ser alguien imaginario, salió a buscar promotores, encontrando a un virus que se jacta de ser supervillano, pero jugando a las escondidas como niño, ya me cansé un poco de ambos. 

El Internet es un virus más silencioso. Netflix también. Nos hicieron más distantes, y no nada más unos dos metros, sino que la distancia que impusieron es un espacio de tres o cuatro pláticas largas. Dicen que uno aprende a vivir con ello, mas ¿qué sentido tiene vivir respirando pláticas simples y palabras distantes? 

Me pregunto si las estrellas también están en cuarentena y se aburren, si el universo se expande en un frío de locos debido al internet, o debido a situaciones víricas. Qué tal que la antimateria es en realidad ese tiempo y distancia que no se vive y por eso no logramos verla. Este tiempo que se me va de las manos es antimateria; los minutos aquí adentro se sienten como neutrinos, no interactúan con nada.

¿Acaso el Sol es un virus que mantiene a los planetas a diferentes distancias? En ese caso el virus es necesario para todo, al menos aquí, porque en otros planetas lo único que ocasiona son tormentas de fuego, apaga las atmósferas y cualquier otro tipo de vida. Tal vez las distancias se deben leer de otra forma. 

El Voyager ve el futuro o el pasado, pero representa la esperanza, que por ahora está viendo la televisión, ahogada conmigo, me acompaña a explorar nuevos mundos en donde podamos vivir juntos o encontrar una civilización menos celular y menos “Instagram stories”. En esta civilización, los pocos intercambios llegan fríos como la comida a domicilio, nos infectan a través de los ojos, si no los lavamos con un poco de sentimiento. Las partículas de cada palabra se conservan tan lúcidas en esa distancia metálica que se adueñan de la boca y los espacios cuando nos agarramos ¿Cuáles serán las consecuencias? ¿Quién calcula esas ventanas muertas?

Vibra entre mi cartera y las monedas, ya no tengo pila, son las dos y media ya. Supongo que llegaré tarde de nuevo a mi clase de álgebra lineal. Cada vez se me hace más largo el recorrido para divagar en mis sueños, al menos deberían abrir la ventana, este calor y esta nula empatía nos van a traer una especie de virus algún día.

Foto de Pinho