I. ECLIPSADAMENTE ENAMORADO
Sin querer, un tierno aire
me cruzó el ser, el anhelo
me amoró el cuerpo
Me descubrí esa risa en el espejo,
ya quebrada
Supe que sólo afuera sucede
el mismo amor que nos atraviesa
con un solo espacio y un solo beso,
los utópicos
(los que todavía nos esperan)
II. NOS MIRAMOS DIARIO AL ESPEJO
A veces nos hemos aburrido
frente a la misma cara en la misma plata,
no ha vuelto la sorpresa de ese brillo,
no hay nueva historia que contarle al rostro
Lo miramos triste,
igual que ayer y antes de ayer,
no sé cuántos años ya,
no sé qué día volverá feliz
al escuchar la chispa desprendida
de algo ordinario que siempre amanece,
qué día podrá centellear
esa sonrisa que se está escondiendo
Podrá
Escuchemos
III. CON EL PRÓXIMO FANTASMA HAREMOS LO MISMO
Cuando el silencio nos une
un fantasma moribundo vaga por la casa
buscando puentes de palabras que le sean refugio
o al menos una palabra que lo haga feliz
A veces se pierde distrayéndose con el sol
y no siente que nosotros en la mesa
o en el sillón o en la habitación más silenciosa
platicamos de los instantes, de los pasados y de hace muchos siglos:
las reuniones en los parques,
los primeros besos y los últimos,
el último que fue el primero o el primero que fue el último,
la primera piedra sobre la Tierra
Regresamos al silencio
y al fantasma lo miramos triste
Lo llamamos,
entre palabras nos reímos para él,
ya se puede morir contento
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