Noche acosadora que desviste con la mirada, noche ingrata que deslumbra con el peso de su locura. Dónde más podré encontrar tremendo lienzo tan transparente como el cristal y fluido como el mar. Tu manto cubre de derrumbes, pero también asfixia con su estructura.
Larga por momentos y eslabón de almas que aún no se encuentran, pero diosa de tiempos correctos.
Mientras no consiga descifrar tu misterio, no podré salir del vacío que dejas como el viento que busca respuestas. Y si de negro te gusta vestirte, toma mi piel que te hace el juego perfecto.
Mis piernas temblorosas de alegría se escurren con tu venida y se despiden de ti justo al amanecer del sol envidioso por nuestra relación.