Travesura blanca

Tengo en la memoria un recuerdo muy tierno sobre mí, en su momento mi madre contaba esta historia como una tierna anécdota de una niña, de una pequeña travesura. Hoy la recuerdo y me pregunto ¿por qué lo hice?, ¿Cuál fue mi motivación para hacerlo? La historia es muy simple, mis padres salieron rápido para hacer unas compras, yo con 10 años de edad estar sola significaba jugar, recuerdo tomé el talco del buró de mi madre y lo esparcí por toda mi cara, mirándome al espejo y pensado ¡por fin soy blanca¡, ¡por fin soy bonita!, eso les grite a mis padres cuando llegaron de hacer las compras, a ellos les causó mucha gracia.

La otra parte de la historia no la sabe mi madre; días antes en la escuela una niña me llamó india, fea por ser morena, sus palabras quedaron tan impregnadas en mí, sobre todo porque ella era blanca, y todas las mamás, incluidas la mía, decían que era una niña muy bonita. Aquí inicia la idea de que “la piel blanca era lo socialmente bonito y elogiado por el resto de las personas”, a mis 10 años esa idea se estaba implantando en mi mente, lo peor de la historia es que conforme iba creciendo esa idea se iba legitimando cada vez más, en la preparatoria, en la universidad, en los medios de comunicación y en la vida laboral.

Hoy en mi edad adulta me pregunto ¿Cómo es que desde la infancia se nos invita a pensar así? ¿Cómo es que se nos enseña a decir indio como un insulto? ¿Cómo se nos obliga a sentir vergüenza de quiénes somos o de dónde venimos? ¿quién dijo que eso era feo? Hoy ya no me pongo talco en el rostro, hoy tiño mi cabello más claro para ocultar mi tono castaño, hoy uso cremas para aclarar la piel y ocultar mi piel morena, hoy me escondo del sol, hoy no entiendo porque esas palabras quedaron en mi mente, hoy no entiendo porque no abrazo a mi niña de 10 años para decirle que ella es hermosa así.