Mi primera nave espacial 

0
75

La primera vez que vi un extraterrestre ocurrió en uno de los veranos más sensatos de mi vida. Era un día muy aburrido, soleado. Avanzábamos en línea recta por la carretera. De pronto, se me ocurrió una idea. Me fui a la cajuela del auto y me fabriqué mi propia nave espacial con una botella de agua. Al mirar por la ventana, se podía dar la vuelta al planeta y contemplar en un único día tantas nubes y cielos azules.

Esa mañana jugué sin parar, hasta que la nave fue destruida por mi hermano. Como yo estaba muy triste, le pedí a mi padre que me construyera una de verdad. Así lo hizo. Nos detuvimos en una región desierta.

Conté cincuenta pasos y, de pronto, apareció frente a mí: era hermosa, brillante y muy grande. Tenía forma de cebolla, enormes patas de araña y un caparazón plateado. Cerré los ojos e imaginé que entraba dentro de ella. Me sentaba en uno de los asientos, me ponía el cinturón de seguridad y comenzaba a tocar los botones. Despegamos en 3, 2, 1 …Sss ¡Pum!

La nave despegó. ¡Era una sensación maravillosa!

Estaba volando por el espacio. Veía estrellas grandes y pequeñas, blancas, rojas y amarillas, por todos lados. Quería elegir la estrella más brillante y quedármela sólo para mí.

Cuando abrí los ojos, me alegró saber que todo había sido un sueño. Desde entonces, guardo un poco de polvo de estrellas para pintar las cosas bonitas que hay en la Tierra.

La nave espacial se encuentra en las siguientes coordenadas geográficas: Latitud Norte 18°57´57¨, Latitud Oeste 98º28’39’’, UTM Latitud Norte 555.057, Latitud Oeste 296.411, Altitud 2,180 MSNM.

Foto de Kindel Media en Pexels