Viajamos a Próxima Centauri en Alcubierre XXI. Es el año 2230 n. e. t. (nueva edad tecnológica). El nombre de la nave hace referencia al físico teórico mexicano Miguel Alcubierre Moya por haber desarrollado un modelo matemático que permite viajar más rápido que la luz sin violar los supuestos de la relatividad general de Einstein. El número XXI es debido a que este físico vivió en ese siglo. De hecho, uno de mis parientes conversaba constantemente con él sobre física a través de conferencias en ZOOM, antes y después de la pandemia COVID-19.
Iniciamos esta travesía espacial hace 5 años. Mi padre y mi madre son astronautas especializados en astrobiología. Ambos son asesores científicos de esta tripulación.
Hay algo curioso respecto a cómo somos nombrados. Todos los que vamos en la tripulación somo terranos (earthians). Mi hermano menor nació aquí, por lo tanto, tiene acceso a cualquier parte del Sistema Solar (yo tengo algunas restricciones). A veces desearía haber nacido en esta hojalata, pero las simulaciones de los olores, climas y sonidos son irremplazables: realmente la Tierra será siempre mi hogar.
Recuerdo uno de mis viajes a Atacama, Chile, específicamente, al Observatorio ALMA. Ahí pude leer y tener entre mis manos el diario de investigación de Miranda Jaramillo, por el cual supe de algunas de sus hipótesis y conjeturas sobre aminoácidos en la atmósfera de planetas y satélites naturales gélidos.
A través del Nuevo Reglamento de las Naciones Unidas de la Tierra (UN-T), en consenso con los Estados Unidos Mexicanos, pude llevar el diario a los museos de ciencia e impartir charlas. Creé varias sesiones holográficas para Escuelas Rocket junto al Noticiero Científico y Cultural Earthian (NCCE) y fui entrevistado por el androide Olvera III sobre el viaje en el que estoy inmerso ahora.
Me llaman de la estación. Tomaré el ascensor GershensonC de velocidad estándar. Quiero ver al satélite Antígona S7 porque me hace sentir en casa.
Realmente me hizo vivir ese viaje. Gracias por compartir.