Carta a mi hermano

Querido hermano:

Te escribo esto sabiendo que aún falta tiempo para que comprendas completamente lo que te quiero decir. Hoy tienes 5 años; yo tengo 26. Quisiera decirte que he aprendido algunas cosas, muy pocas en realidad (no soy tan vieja), y nada demasiado importante. Hoy escribo para ti, para el joven que algún día serás y quien leerá esto. 

Me hubiera gustado tener una hermana mayor que me dijera algunas cosas y, quizá, ahorrarme algunas metidas de pata. Con eso en mente, enlisto a continuación algunas de estas cosas que he notado y me gustaría compartir contigo: 

1. Levantarse temprano es mejor que desvelarse. Hay menos ruido, todos duermen y puedes ver el amanecer.
2. El diablo está en los detalles y la verdad está en los matices. Ser radical solo sirve si eres capaz de reconocer esto y dialogar desde ahí.
3. Comer, beber, dormir y besar es la felicidad, no tengo dudas. Aprovecha tu tiempo para disfrutar sin culpa.
4. Nunca digas “esta madre no pega” y aumentes la dosis; siempre es mejor esperar, sobre todo si es tu primera vez.
5. No seas demasiado duro contigo mismo, ve un día a la vez, una cosa a la vez. Solo poco a poco se llega lejos.
6. Si de pronto crees que todo es demasiado, platícalo con alguien y pide ayuda; es difícil navegar la vida solo. Yo siempre voy a estar para ti, y aunque por mi edad ya no me consideres “skibidi”, siempre te voy a escuchar.
7. Nuestro papá tiene un corazón de oro más grande que sus defectos. No necesita tu perdón, necesita tu comprensión (como todas las personas).
8. Nunca olvides que eres un ser amado, sostenido y cuidado. Confía en Dios, que está en ti, en mí y en todos lados.
9. Presta atención al color naranja de la luz del sol a través del frío en otoño; es lo más hermoso del mundo.
10. No dejes que pasen desapercibidas las cosas pequeñas, cotidianas y normales. Aquellas cosas que nos parecen más importantes terminan no siéndolo tanto.

Te amo desde el día en que supe que llegarías, y para siempre, 

Eliza M.