Se descubre, como se descubre el gusto por los tacos o el helado de limón.

Se descubre, como se descubre la pasión por el arte o el amor a la danza; como el gusto por el atardecer, por el frío o por el café.

Se explora, como se explora a las calles de la gran ciudad; encontrando rincones estrechos y poco iluminados; hallando avenidas y periferias que conectan con cada sitio mapeado y lugares no identificados.

Se vive, no se elige; y aunque digan y argumenten que se trata de una elección, no lo es, pues, ¿quién elegiría vivir entre señalamientos y discriminación?

Se vive, como una virtud.

Se vive, como una característica más.

Se vive, como una cualidad.

Se vive. Se descubre. Te transforma, y te lleva a ser parte de la revolución sexual.

Foto de Honey Fangs en Unsplash
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Leodan Morales Comunicólogo, escritor y fotógrafo