Estoy mareado, claro, pero siento que la gente me mira más de lo normal, como raro. Tomar me pone medio paranoico, supongo. Lo malo que ya me llevan, se estaba poniendo chido, forcejear para salir y tener los oídos tapados siempre son signo de una buena fiesta, pero mis amigas me esperan.
Afuera el aire casi me tumba, ya había agarrado de soporte el piso pegajoso por chela derramada.
— Wey, tienes la boca toda roja.
— Es que sí me despedí bien.
Foto de Etienne Girardet en Unsplash