La propiedad de la muerte

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El año pasado asistí a dos velorios.
 El primero, de un amigo que perdió la vida en un accidente de auto al regresar de una campaña de alfabetización; tenía 21 años, sus amigos lo vieron morir. El segundo, de una tía: se la llevó un cáncer detectado tardíamente, tenía unos 50 años y murió en su cama. Ocurrieron con menos de tres meses de separación, la cercanía temporal y sus diferencias me dejaron pensando acerca de la muerte y la manera en que nos relacionamos con ella. No creo que exista una mejor manera de procesar las cosas que escribiendo, así que lo hago aquí. 
La muerte es una gran interrogante, hablar de ella es muy complicado: nadie la entiende en su totalidad, se puede ver como el cese de la existencia, como el camino a otra realidad física y/o sensorial, como el paso de tu energía al universo o el encuentro con el dios de tu preferencia. Las únicas sensaciones “meditables”, y por lo tanto “estudiables”, son las de quienes quedamos atrás, los vivos. 
El entendimiento de la muerte está marcado por la cercanía que cada quien tiene con ella: si alguien cercano a ti ha muerto, si tenías edad para recordarlo, si te dolió o no. Las respuestas a las inagotables preguntas sobre la muerte crean y desarrollan tu relación con ella.
 En lo personal, la certeza de la muerte inminente me lleva a desear vivir y morir con dignidad. ¿Qué entiendo por morir con dignidad? El morir antes de ser incapaz de valerme por mí misma, física y psicológicamente. ¿Cómo se logra esto?  Con el derecho a decidir en cualquier momento de tu vida la manera en que quieres morir. 
La eutanasia es la propiedad sobre la muerte, es la decisión consciente de terminar tu vida, por lo que facilita una muerte digna. Aunque esto no implica que la muerte asistida sea la única manera de morir dignamente.
 Una última pregunta: ¿Cómo deseas morir?

[Sara Luna Torres Cejudo, de 20 años, es estudiante de la licenciatura en Comunicación Social, en la UAM Xochimilco]

Foto de Zoran Kokanovic en Unsplash

2 COMMENTS

  1. Excelente comentario sobre la muerte. Te felicito por ese libre albedrío, el cual demuestra que eres una persona inteligente. Yo soy un viejo de 77 años, que me mantengo en una vida activa y creativa; considero que la muerte es el único remedio, como expresó Sócrates cuando le preguntaron sus amigos que por que aceptaba morir, “es mi obligación soy ciudadano ateniense y debo cumplir con las leyes de la polis, además, voy a curar la enfermedad que es esta vida”. Para mi la vida no es una enfermedad cuando te encuentras viviendo lo mejor posible, como el contar con buena salud, techo, cobija y alimento ; yo la veo más como esa única oportunidad que tengo para hacer algo (Epicteto).

    • ¡Hola! Antes que nada, gracias por leerme y por comentar. Tengo que aceptar que tuvo que informarme acerca de Epicteto para lograr entender de manera cabal tu comentario, ahora se que fue un filósofo estoico.
      Epicteto nos dice que estamos aquí de paso, que todo lo que poseemos es tan solo un préstamo. Que vivamos la vida con plena conciencia de su fin. Fue tan solo al leer esto, que entendí que para ti, la muerte es la única oportunidad que se tiene de hacer algo, y me hiciste sonreír.
      Resulta una paradoja el hecho de actuar, por la certeza de la próxima no acción. Una paradoja muy lógica. Gracias por compartirlo.