Extinciones dirigidas

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La especie humana es una especialista en extinguir especies. Desde el año 1600 se ha documentado la extinción de 90 mamíferos, 115 de aves y otras especies más, probablemente causadas por el humano. Por si fuera poco, ahora hay proyectos científicos encauzados a extinguir ciertos tipos de animales. Estas iniciativas han cobrado fuerza debido al reciente surgimiento de la enfermedad del zika. A esto se le llama extinciones dirigidas.

Existen muchas enfermedades emergentes que han causado alerta internacional. Por ejemplo en 2009 se volvió pandemia la influenza AH1N1, en 2014 el ébola y el zika en 2016. Como muchos sabrán el vector del zika son los mosquitos del género Aedes. La infección ocasiona síntomas como la fiebre, dolores musculares, erupciones en la piel, etc. Debido a estos peligrosos brotes —sobre todo en América— se ha empezado a discutir lo que en 2003 propuso la bióloga y divulgadora científica Olivia Judson: “La idea es simple: el especicidio, la extinción deliberada de una especie completa”.

Margareth Capurro de la Universidad de Sao Paulo en Brasil junto con Andrew McKemey de la Universidad de Oxford en Inglaterra propusieron experimentos para reducir —y quizá extinguir— a Aedes aegypti. Ellos hicieron ingeniería genética donde insertaron un gen autolimitante, es decir, que les acorta la vida y mueren antes de llegar a la etapa reproductiva. En sus experimentos lograron una reducción casi del 95% de la población.

Por último, quisiera terminar con algunas preguntas e inquietudes bioéticas. ¿Es adecuado extinguir a una especie? Desde un punto de vista biológico cumple funciones ecológicas y es el resultado de millones de años de evolución. ¿Por qué es más “valiosa” nuestra vida que la de ellos?

Extinguir una especie —aunque nos genere poca simpatía— hace surgir dilemas éticos de difícil resolución. Considero que extinguir definitivamente una especie no es necesario para controlar la dispersión de la enfermedad.

(Iván de Jesús Arellano Palma estudia una maestría en bioinformática y biología de sistemas en la Universidad Nacional de Quilmes en la Argentina.)

Foto de Noah Buscher en Unsplash